martes, 28 de agosto de 2018

Segundo Bachillerato        Revolucion Oriental
Frente a los sucesos de la Junta de Buenos Aires de 1810, considerada el comienzo de la Revolución Hispanoamericana, la actitud de las autoridades de Montevideo fue de no reconocer la Junta de Buenos Aires.  
Esta decisión se debió a la presión de la clase de comerciantes vinculados con España y la presencia de fuerzas militares y navales españolas.
El reconocer al Consejo de Regencia español y no a la Junta de Buenos Aires, dio la oportunidad para lograr la autonomía ya que Montevideo pasó a ser la capital del Virreinato del Río de la Plata,  

En la campaña la situación fue diferente a la ciudad de Montevideo, ya que los pueblo y villas reconocieron desde el comienzo a la revolución de mayo de 1810.
Los hombres de la campaña, sentían que los de la ciudad no contemplaba sus problemas y que sus intereses eran postergados. La situación se agravó aún más cuando el gobierno de Montevideo le declara la guerra a Buenos Aires, y necesitado de fondos para preparar la guerra, tomó una serie de medidas que los perjudicaban:
-Los propietarios fueron obligados a hacer frecuentemente "donativos patrióticos".
-Debían alojar en sus campos  y alimentar con sus ganados a los contingentes militares que recorrían la campaña
-Además se exigía la regularización de los títulos de propiedad en tierras de la corona, que hasta ese momento se dejaban hacer uso sin problemas.

CARACTERÍSTICAS DE LA REVOLUCIÓN
-La Revolución Oriental comenzó en el medio rural debido a las medidas tomadas en Montevideo. Se hacía sentir la oposición ciudad-campo. Este antagonismo que se daba también entre comerciantes y militares españoles en Montevideo, hacendados y gauchos en el medio rural.
Un enfrentamiento entre diversas maneras de sentir y de vivir: la ciudad puerto, centro de poder, contra el habitante de la campaña más reacio a someterse a la autoridad.
Montevideo por lo tanto, se transformó en el foco contrarrevolucionario.

-Fue una revolución espontánea porque surgió en varios lugares a la vez y sin preparación previa.
-Fue popular porque recibió el apoyo de todos los sectores sociales. Todos tenían motivos para la revolución: los hacendados querían terminar con la intermediación de Montevideo en la venta de cueros al exterior; los paisanos, gauchos, indios y negros, los motivaba el odio al español, símbolo de represión y de injusticia.

-Fue una revolución de multitudes campesinas, no de minorías cultas urbanas como la Revolución de Mayo en Buenos Aires.
-Los curas patriotas tuvieron un papel importante quienes difundieron las ideas revolucionarias. Las pulperías fueron centros de propaganda y reunión de los revolucionarios.

-Los jefes naturales fueron los hacendados seguidos de sus peones a los que se unieron gauchos, indios y negros esclavos.

COMIENZO DE LA REVOLUCIÓN
José Artigas esperó casi un año para unirse a la revolución de Buenos Aires, esperando las resoluciones de las autoridades porteñas para que involucraran a todos los pueblos del virreinato. El 15 de febrero de 1811 Artigas abandona el ejército español, del cual era Capitán de Blandengues, y junto al teniente Rafael Hortiguera y seis de sus hombres y del cura párroco de Colonia José María Enríquez Peña, pasan a ofrecer sus servicios al gobierno porteño de la Junta Grande, la que representaba a todas las provincias: "Ofrecí llevar el estandarte de la libertad hasta los muros de Montevideo".
Buenos Aires recibió a Artigas con mucha expectativa, ya que conocían bien su fama en la Banda Oriental y le otorgarán el grado de teniente coronel y lo designaron jefe de las milicias orientales.

La revolución oriental comienza con el "Grito de Asencio", el 28 de febrero de 1811, realizado por Pedro Viera y Venancio Benavidez, que al frente de un grupo de hombres ocuparon ese mismo día la villa de Mercedes y al día siguiente, Santo Domingo de Soriano. Poco después, se incorpora San Salvador (Dolores) mientras Pedro Viera marchaba hacia Paysandú.

En el resto de la Banda Oriental se pronunciaban también a favor de la revolución: Juan Antonio Lavalleja, Francisco Bustamante y Pablo Pérez en Minas, Maldonado y San Carlos; Blas Basualdo y Baltasar Ojeda en Tacuarembó; Felix y Fructuoso Rivera en Durazno; Bartolomé Quinteros y Baltasar Vargas en Arroyo Grande; el cura Santiago Figueredo, Tomás García de Zúñega, Manuel Francisco Artigas y Andrés Latorre en Pintado, Casupá y Santa Lucía; Joaquín Suárez y el cura Valentín Gómez en Canelones; Fernando Otorgué en Pantanoso.

Mientras tanto José Artigas,a  fines de marzo de 1811, cruzaba el río Uruguay, dirigiéndose a Paysandú y de allí a Mercedes, donde instaló su cuartel general y desde allí, el 11 de abril arengó a los orientales con la famosa Proclama de Mercedes.(puedes leerla en el enlace).

EL EJÉRCITO NUEVO
Artigas, era el líder que la revolución necesitaba, y cuya autoridad nadie discutía. Estaba al frente de lo que el mismo Artigas llamó el "ejército nuevo", compuesto por peones de estancias, hombres sueltos, indios y hasta esclavos que fugaron de sus dueños. También fueron importantes los curas de la campaña, ya que tenían prestigio y gran ascendencia sobre la población rural. Los hacendados, capataces y oficiales militares, serían los que llevarían el mando de las fuerzas.
Aquí cada hombre aportaba su caballo y armas, que muchas veces eran sus herramientas de trabajo. Habían pocas armas de fuego y su fuerza especial era el empuje arrollador de su caballería, al que se sumaba la destreza y valor de sus hombres.
El ejército oriental contaba con hombres de todos los sectores sociales, sin experiencia profesional pero con rudeza por sus faenas rurales.
Las armas de fuego, muy escasas y rudimentarias, como el fusil de chispa, escasos y pesados cañones. Las armas más abundantes y fundamentales eran la lanza, espada y boleadoras.

BATALLA DE LAS PIEDRAS
El primer enfrentamiento con los españoles de Montevideo se acercaba.
Artigas con sus fuerzas se ubicó en Nuestra Señora de Guadalupe de Canelones, el 12 de mayo, para vigilar al enemigo que acampaban en Las Piedras. Las lluvias intensas de esos días hicieron que la batalla comenzara el 18 de mayo de 1811.

Allí, por primera vez Artigas estaba al mando de un ejército y en una batalla de la que saldrá victorioso, gracias a una gran estrategia militar, venciendo al español José de Posadas.
El jefe de los orientales mostró su grandeza, pidiendo clemencia para los vencidos, no aceptando la espada del vencido directamente.
Gracias a esta victoria los orientales obtuvieron el control de toda la campaña oriental y los derrotados españoles debieron refugiarse detrás los muros de Montevideo.
El gobierno de Buenos Aires le otorgó a Artigas el grado de coronel y dio gran difusión de la victoria en Las Piedras.

PRIMER SITIO DE MONTEVIDEO
Pocos días después de la victoria, los orientales sitiaron Montevideo unos 3000 hombres. Los sitiadores se establecieron desde Punta Carretas hasta Miguelete, pasando por Tres Cruces. Artigas desde el campamento del Cerrito, pidió la rendición de la plaza y estaba convencido de que era el momento propicio para ganarle a Montevideo, no dejarlos recuperarse de la batalla de Las Piedras, pero debió esperar la llegada de las órdenes desde Buenos Aires.
El 10 de junio de 1811, llegaba desde Buenos Aires a su cuartel en Arroyo Seco, José Rondeau, máxima autoridad de la Banda Oriental, su idea era desgastar a los españoles sitiándolos.
Pero Montevideo no era fácil de derrotar, estaba defendida por una muralla, muchas armas y embarcaciones para vigilar el río Uruguay y bloquear al puerto de Buenos Aires. También podían abastecerse de agua potable y alimentos.
Para evitar evitar un levantamiento interno, el gobernador Francisco de Elío decidió expulsar a todos los vecinos que se sabían eran favorables a la revolución, de ahí que también expulsaran a varios frailes franciscanos a las afueras de la ciudadela.

INVASIÓN PORTUGUESA Y ARMISTICIO
Con el paso de los días el ahora virrey del Río de la Plata, Francisco de Elío, solicitó la ayuda de los portugueses, que contaba con la española, hermana de Fernando VII, Carlota Joaquina, esposa del rey Juan de Portugal, la cual tenía aspiraciones sobre las colonias americanas.
Por eso, el 10 de julio de 1811, las fuerzas portuguesas comenzaron la invasión al territorio oriental para ayudar a los españoles. Eran unos 3000 hombres comandados por el general Diego de Souza. Ingresaron por el Yaguarón y por la ruta de la fortaleza de Santa Teresa, rocha, San Carlos.
Para los orientales significaba desgastarse continuando el sitio de Montevideo y además una posible guerra con los portugueses. La situación de Buenos Aires no era mejor, estaba bloqueada por mar por los españoles y amenazada por tierra desde Alto Perú. A todo eso se le suma continuos conflictos internos por sucesivos cambios de gobierno, formándose ahora un Triunvirato para reemplazar a la Junta Grande.

Por todo esto, Buenos Aires se mostró dispuesto  a negociar un armisticio con el gobierno español en Montevideo. Los españoles estaban dispuesto también porque temían que los portugueses terminaran quedándose con la Banda Oriental, como lo deseaban desde hace tanto tiempo.
Inglaterra también estaba interesada en la paz en esta parte del mundo, porque necesitaba el apoyo español para derrotar a Napoleón, y porque necesitaba comerciar sin perturbaciones.

El armisticio dispondría: los gobiernos de Buenos Aires y Montevideo se comprometían finalizar la guerra y dejaban para el futuro la solución de sus diferencias. Montevideo debería levantar el bloqueo al puerto de Buenos Aires y el cese de las fuerzas españolas del Alto Perú que amenazaban Buenos Aires. Buenos Aires, a su vez, dispondría el levantamiento del sitio de Montevideo y el retiro de sus fuerzas de la Banda Oriental, que nuevamente quedaría bajo el poder español.

ASAMBLEAS ORIENTALES
Las noticias de un posible acuerdo entre Buenos Aires y Montevideo causó una gran inquietud en el campamento oriental. Los orientales se sentían abandonados por el gobierno bonaerense que no los había consultado en las tratativas del armisticio.
Para explicar esta situación, Rondeau convocó a una asamblea de los principales vecinos en armas, para explicarles la situación,
Se realizarán dos reuniones, conocidas como las Asambleas Orientales, con una gran importancia.

-ASAMBLEA EN LA PANADERÍA DE VIDAL: los vecinos se reunieron el 10 de setiembre de 1811, donde los orientales manifestaron su oposición al armisticio y se declararon dispuestos a mantener  ellos solos el sitio, para permitir que los bonaerenses se enfrentaran a los portugueses.
Pero las negociaciones entre Montevideo y Buenos Aires continuaron. Frente a la inminencia del acuerdo, los orientales le pidieron otra reunión.

-ASAMBLEA DE LA QUINTA DE LA PARAGUAYA: se realizó el 10 de octubre de 1811, con la presencia de los delegados bonaerenses que negociaban el armisticio. Los orientales se manifestaron nuevamente contrarios al acuerdo, pero abandonarían el sitio bajo protesta. Pero allí ocurrió uno de los hechos más importantes de nuestra historia, por primera vez en nuestro suelo se ejercía el derecho a la soberanía, cuando eligieron por unanimidad a José Artigas como JEFE DE LOS ORIENTALES. Su autoridad era indiscutida pero ahora lo hacían con un pronunciamiento formal de una asamblea, y le daba un carácter más democrático al poder de Artigas.

El 12 de octubre las fuerzas orientales comienzan a retirarse de los alrededores de Montevideo. Cuando se encontraban en el cruce del río San José, ser recibió la noticia de la firma del armisticio. Entonces se realizó una nueva asamblea, el 23 de octubre, en Paso de la Arena. Allí decidieron abandonar su suelo natal, preferían la incertidumbre del exilio que sufrir la represalia del gobierno de Montevideo o ser atropellado por las fuerzas portuguesas que se mantenían en la campaña.

La decisión de retirarse, marca otro hito de nuestra historia, posiblemente el hecho más glorioso, el conocido como
EL ÉXODO DEL PUEBLO ORIENTAL O REDOTA

El Éxodo del Pueblo Oriental es uno de los acontecimientos históricos más importante de la historia uruguaya, y que historiadores han identificado con el nacimiento de la nacionalidad oriental. 
En octubre de 1811, el ejército artiguista que había triunfado en la Batalla de Las Piedras el 18 de mayo, debió levantar el Primer Sitio de Montevideo, ocupado por las fuerzas del Virrey Francisco Javier de Elío, y acampó en las márgenes del Río San José, cerca de la ciudad de San José de Mayo.
La firma del armisticio entre Buenos Aires y los españoles de Montevideo, colocaba al campamento oriental en una situación insostenible y a merced de las fuerzas españolas de Montevideo y de la presencia de las tropas portuguesas que aún nos se retiraban.

El 23 de octubre de 1811, se conoce la noticia de la firma de dicho armisticio, como consecuencia de ello el ejército enviado por Buenos Aires, a las órdenes de Rondeau, levantó el sitio y se retiró. También debía hacerlo las milicias orientales, inferiores en cantidad y en armamento a las fuerzas españolas. Pocos días antes, Artigas había sido designado Jefe de los Orientales, en una reunión realizada en la Quinta de la Paraguaya. Pero, al levantar el Sitio de Montevideo, se unieron a su marcha gran cantidad de familias.
La columna partió de los montes del Río San José hacia el noroeste, y luego continuó en trayectoria paralela al Río Uruguay hacia el norte; produciéndose constantes incorporaciones de familias paisanas, con lo que finalmente formó parte de ella la casi totalidad de las poblaciones criollas de la Banda Oriental.

RECORRIDO
Una vez decidida la marcha, inician su recorrido desde San José hacia las puntas de Arroyo Grande donde se hallaban el 30 de octubre. El 31 llegaban ya a la vera del arroyo Monzón desde donde Artigas expone al Gobierno de Buenos Aires la situación de la campana oriental, el ejército y las familias que le siguen. El 2 de noviembre, Artigas estaba en el arroyo Perdido, desde donde imparte órdenes a Ambrosio Carranza para que se sostenga en Paysandú hasta su llegada y auxilie a los caciques indígenas. El 3 de noviembre desde el arroyo Cololó, hace saber al Juez Comisionado del distrito de Soriano que no podrá fijarse en Mercedes, "ni menos mantenerlo con algunas tropas." Y le agrega: "Todo individuo que quiera seguirme, hágalo, uniéndose a usted en Paysandú luego que yo me aproxime a ese punto; no quiero que persona alguna venga forzada, todos voluntariamente deben empeñarse en su libertad, quien no lo quiera, deseara permanecer esclavo."

Decidido Artigas a no fijarse en Mercedes, la columna se dirige hacia el Río Negro el que fue vadeado por el paso de Yapeyú entre el 11 y el 13 de noviembre de 1811. El 14 de noviembre, Artigas tiene instalado su cuartel General en el Arroyo Negro. Ocupa después Paysandú (10), cuyo punto ya abandona el 21 de noviembre con los emigrantes que le siguen, siempre en dirección al Norte; el 24 de noviembre se encuentran en el arroyo San Francisco: cruzan el río Queguay; el 1º de diciembre están acampados en el arroyo Quebracho. El 4 de diciembre en Chapicuy; el 7 de diciembre se hallan en el no Daymán, próximos a Salto. Desde aquí prosiguen en dirección a este punto, donde permanecen acampados.

Alrededor del 10 de diciembre las familias inician el pasaje del río Uruguay por el Salto Chico hacia la costa occidental cuyo pasaje prosigue hasta fines de este mes. en la desembocadura del arroyo San Antonio, donde era preciso atravesar una corriente de unos 800 mts, operación que demandó varios días. Queda el grueso del ejército en el territorio oriental, y es entonces cuando se ataca a los portugueses que querían obstaculizar el vado, pero son vencidos en Belén.
A principios de 1812, desplazándose por la costa oeste del Río Uruguay, llegaron a la costa del arroyo Ayuí, acampando definitivamente en sus montes.
Artigas cruza el río Uruguay en la primera semana de enero de 1812.
Lamentablemente, durante el cruce del río Uruguay, pese a las aguas bajas por aquellos días de calor, se ahogaron varios franciscanos, al darse vuelta un bote.

Un dato relevante, los grupos charrúas, unos trescientos, que tanto ayudaron con su conocimiento del territorio, no abandonaron el suelo oriental, suelo de sus antepasados, pero permanecieron expectantes.

Las familias acampan en la costa occidental a la espera de que el Gobierno de Buenos Aires autorice para instalarse en el punto de Concepción del Uruguay (Arroyo de la China) que les ofrecía mayor seguridad. No satisfecha esta aspiración, los emigrados permanecen acampados en el Salto Chico, costa occidental, hasta que se resolviera sobre su destino. Artigas, designado por el Gobierno de Buenos Aires Teniente Gobernador de Yapeyú debía dirigirse a aquel punto.

La permanencia y expansión de los portugueses en el litoral determinó la necesidad de emprender operaciones militares contra ellos. En la segunda quincena de abril de 1812 se abrirían las operaciones lo que explica el pasaje del ejército, nuevamente a la costa oriental seguido de las familias que se negaron a abandonarlo. El 10 de abril se había terminado la penosa travesía del río instalándose el campamento artiguista en el Salto Chico Oriental. El Gobierno de Buenos Aires creyó conveniente dejar en suspenso el plan de ataque a los portugueses y ordenó el retroceso de Artigas al territorio de Entre Ríos.

El 29 de abril de 1812 el ejército oriental ha repasado el Uruguay fijando nuevamente su campamento en el Salto Chico occidental. El 23 de mayo aún se encontraba en aquel sitio dispuesto a encaminarse hacia el norte, a Corrientes. El Cuartel General debía situarse en la costa del Yaguarí (22).

PRIMER CENSO
Llegados a Salto, dispuso Artigas el 14 de diciembre efectuar un relevamiento de las personas que integraban la columna, dando lugar al histórico documento conocido como Padrón de las Familias Orientales
En el campamento del Salto Chico, antes de cruzar el río Uruguay, Artigas dispuso la realización de un padrón en el que se debía anotar los nombres de los jefes de familia (padre y madre), el número de hijos que llevaban consigo, especificando si eran mujeres o varones, el número de esclavos que acompañaban a cada familia y el número de carretas si las tenían (muchos marchaban a pie).
Se registraron en el padrón 4.031, con la salvedad de no haber incluido un número considerable de personas " por hallarse distantes los Carruajes"( en nota explica que serían unos mil más), como tampoco los :hombres sueltos agregados a ellos y empleados en Caballadas.
La cuarta parte de los censados eran niños (unos mil). Además se contabilizaron 847 carretas, aparte de 6.000 hombres que formaban el ejército y unos 8000 bueyes.
El padrón contiene casi cinco mil nombres propios, comprende los datos de los hijos y de los pocos bienes que podían acarrear.
Iban miles de familias, muchas parejas, seguidas de sus hijos, esclavos y carruajes (los de "buen pasar"), o iban matrimonios solos con sus sirvientes. También iban hombres solos al frente de sus familias, como por ejemplo los viudos, tal era el caso del padre de José Artigas, es decir Martín José Artigas.
Las mujeres cabezas de familias eran numerosas y de todas las condiciones sociales.

Según la descripción de un viajero paraguayo que visitó el campamento, “Toda esta costa del Uruguay está poblada de familias que salieron de Montevideo; unas bajo las carretas, otras bajo los árboles y todas a la inclemencia del tiempo, pero con tanta conformidad y gusto que causan admiración.”

EN ESTE LINK SE ENCUENTRA EL DOCUMENTO CON EL PADRÓN DE FAMILIAS (aproximadamente página 124)

LAS PENURIAS
Artigas fue un buen cronista del sacrificios de quienes lo seguían. Le escribe al Gobierno de Buenos Aires:"Solo ellos pueden sostenerse a si mismos: sus haciendas perdidas, abandonadas sus casas, seguidos a todas partes no del llanto pero si de la indigencia de sus caras familias", expuestos a las calamidades del tiempo, "pobres, desnudos, en el seno de la miseria sin mas recurso que embriagarse en su brillante resolución."
En otro relato a Buenos Aires: “No se pueden expresar las necesidades que todos padecen expuestos a las mayores inclemencias sus miembros desnudos se dejan ver por todas partes y un poncho hecho pedazos, liado a la cintura es todo el equipaje de estos bravos orientales”. 
En febrero de 1812, Artigas pretendía instalar un hospital y una armería y le describe al Gobierno de las Provincias Unidas la enorme pobreza que rodeaba a aquellos hombres, que con hierros de carretas y restos de "todo lo viejo, lo inútil", hacían armas y camillas".
Confesaba Artigas: "mis lágrimas no eran bastantes á mudar aquellos cuadros tan consternantes, y yo me vi precisado a contraer alguna deuda para mudarlos, aliviando unas necesidades que no podían permitirse al hombre por más tiempo".
Cuenta en una carta cómo vio correr las lágrimas en uno de sus hombres, mientras observaba con la mayor atención a otro de sus compañeros fumando, para luego "reprimirlas ostentando la mayor alegría al sentir que me acercaba!".

Ese grupo humano enorme, tenía necesidades, por ejemplo se necesitaban bautismos, casamientos. Pero también muchas normas fueron transgredidas, y se debió aplicar la pena de muerte con ciertos delitos, tales como robo, violencia contra las "mujeres decentes", enfrentamiento armado a la autoridad revolucionaria y la deserción.


ÉXODO, REDOTA, ¿DERROTA?
Nominar algo tan grande y complejo preocupó a nuestros historiadores. De allí las diferentes expresiones acuñadas para atrapar entre sílabas el acontecimiento.

Escribe Anaya refiriéndose a la emigración conocida por el Éxodo del Pueblo Oriental: “Fue una operación muy amarga - dejando casi desierta aquella campaña y algunos pueblos que pudieron tocarse- que por un equívoco muy particular clasificaron los paisanos como la “redota”, por decir otra cosa”.

El historiador Carlos Maggi señaló: “El nombre de Éxodo para llamar a esa emigración la inventó el gran historiador Fregerio hacia fines del siglo pasado. Respetando el talento de este estudioso quien tanto debemos, creo, sin embargo, de mejor literatura recuperar la expresión Redota, para señalar ese acontecimiento. Redota (derrota) es a la vez, el camino, la huída y el estar vencidos, comprende en su significación la amargura, la contrariedad, la impotencia, el sacrificio; menta, pues, el exacto estado en que se hallaban los orientales. Es por otra parte una palabra rústica y expresivamente criolla, analfabeta y gaucha: es una expresión única, propia, para designar un hecho que no tiene iguales. Y por sobre todo, es como “clasificaron los paisanos” aquello que hicieron y debe respetarse el derecho de quienes realizan algo grande, para llamarlo según su gusto y manera.”

Un protagonista de la época, el coronel Ramón de Cáceres lo llamó “Procesión”. Mientras que el historiador Agustín Beraza prefiere como expresión “La Emigración”, “por ser la que usó el propio Jefe de los Orientales, que se refirió a la marcha designándola así, reiteradamente: “Nada ha sido bastante para impedir la emigración”, “hice uso de quantos med.s estaban a mis alcances para evitar la emigración asombrosa de vecinos y familias que me seguían”, sin que por ello, dejemos de inclinar nuestra simpatía por la bravía expresión de los paisanos Orientales”.

El historiador Aníbal Barrios Pintos interpreta el término ”redota”, ya que entiende que “no puede ser otra cosa que “derrota”, en su acepción de camino o marcha y no como expresión de estar derrotados, vencidos, como se ha dicho”. Y cita al respecto varios giros de lenguaje usados en documentos de época, como –por ejemplo- “ponerme en Derrota de aquel Destino”.

Pero hay quienes interpretan que en realidad "Redota", viene de "derroteo", de ir de un lado para otro, tal cual estaba sucediendo con el traslado de un pueblo. No lo veían como una derrota, sino como una realidad momentánea.
LAS INSTRUCCIONES DEL AÑO XIII
Las Ideas Políticas de Artigas


CONGRESO DE ABRIL o CONGRESO DE TRES CRUCES
El gobierno de las Provincias Unidas desde su formación del 25 de mayo de 1810 hasta 1813, había tenido un carácter provisional.
Desde el primer momento de su instalación, las autoridades de Buenos Aires se habían co prometido a reunir a los representantes de todas las provincias para que estos decidieran sobre la instalación de un nuevo gobierno y sobre la forma que éste tendría. Pero  el cumplimiento de este propósito, demoró en realizarse.
Después de la formación del Segundo Triunvirato en Buenos Aires, el 8 de octubre de 1812, se hizo al fin la convocatoria a la Asamblea de representantes de las provincias, por las que debían enviar diputados .
Dicha Asamblea General Constituyente (idea de hacer una Constitución) se reunión en Buenos Aires el 31 de enero de 1813, una vez instalada, se envió comunicaciones a todos los pueblos y autoridades ordenando su reconocimiento.
Artigas recibió esa orden, pero entendió que era un asunto de tanta importancia que debía tomarse la decisión, consultando a los representantes de los pueblos, villas y ciudades de la Banda Oriental.
Las autoridades, luego de ser elegidas, se reunieron en el conocido Congreso de Tres Cruces, llamado así por se el lugar donde Artigas había instalado su cuartel general.

"ORACIÓN INAUGURAL"
El Congreso convocado por Artigas, comenzó sus sesiones el día 5 de abril de 1813, con un discurso del propio Artigas, conocido como la "Oración Inaugural".
Allí, el Jefe de los Orientales, evocó los meses transcurridos desde el principio de la revolución y destacó su respeto por la voluntad popular, apuntando que el Congreso era soberano, y con todo el derecho a adoptar las decisiones que más le convenía al pueblo oriental.

Una de las frases más importantes dice:"Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana. Vosotros estáis en pleno goce de vuestros derechos; ves ahí el fruto de mis ansias y desvelos, y ved ahí todo el premio de mi afán".

Luego va a referirse específicamente sobre el reconocimiento a la Asamblea Constituyente reunida en Buenos Aires, y si los orientales debían o no, reconocerla. Artigas propone que el reconocimiento sea por pacto, y no por obediencia. Es decir, reconocerla solo si se tomaba en cuenta las reclamaciones formuladas por la misión García de Zúñiga, durante el conflicto con Sarratea, en el Ayuí.

También se refirió sobre la necesidad de formar un gobierno económico para la provincia.

El Congreso, en definitiva, resolvió reconocer a la Asamblea con condiciones, es decir, por pacto. La condición fundamental era que Buenos Aires no tuviera un papel hegemónico (evitar el centralismo porteño) y que mientras no se realizara la Constitución, cada provincia conservase su total autonomía, es decir, que pudiera tomar sus propias decisiones sobre sus propios problemas, estableciéndose una confederación ofensiva-defensiva entre ellas.
Además se acataría la Constitución elaborada por la Asamblea siempre y cuando se respetara la autodeterminación de las provincias. Artigas era un convencido de que la Constitución garantizaría el derecho popular, frenaría las ambiciones personales  y evitaría el despotismo militar, como uno de sus grandes objetivos (en especial, cuando él mismo era un militar).
Finalmente se eligieron los diputados, y para que defendieran las ideas de los orientales, en la Asamblea de Buenos Aires, llevaron documentos con las ideas, o recomendaciones del pueblo oriental, para la organización del futuro gobierno rioplatense, conocido como Instrucciones del Año XIII.

CONTENIDO DE LAS INSTRUCCIONES DEL AÑO XIII
El documento consta de 20 artículos, los cuales pueden ser divididos en tres grupos:
-Los que se refieren a la organización general del estado.

-Los que se refieren a la organización particular de cada provincia.
-Los relativos a la Provincia Oriental.

"Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España, es y debe ser totalmente disuelta."
"Art. 2 - No admitirá otro sistema que el de Confederación para el pacto recíproco con las provincias que formen nuestro Estado."
"Art. 3 - Promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable."
"Art. 4 - Como el objeto y fin del Gobierno debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y de los Pueblos, cada Provincia formará su gobierno bajo esas bases, a más del Gobierno Supremo de la Nación."
"Art. 5 - Así este como aquel se dividirán en poder legislativo, ejecutivo y judicial."
"Art. 6 - Estos tres resortes jamás podrán estar unidos entre sí y serán independientes en sus facultades."
"Art. 7 - El Gobierno Supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado. El resto es peculiar al gobierno de cada Provincia."
"Art. 8 - El territorio que ocupan estos Pueblos de la costa oriental del Uruguay hasta la fortaleza de Santa Teresa, forma una sola Provincia, dominante: LA PROVINCIA ORIENTAL."
"Art. 9 - Que los siete pueblos de Misiones, los de Batovi, San Rafael y Tacuarembó, que hoy ocupan injustamente los portugueses y a su tiempo deben reclamarse, serán en todo tiempo territorio de esta Provincia."
"Art. 10 - Que esta Provincia por la presente entra separadamente en una firme liga de amistad con cada una de las otras, para su defensa común, seguridad de su libertad y para su mutua y general felicidad, obligándose a asistir a cada una de las otras contra toda violencia o ataques hechos sobre ellas, o sobre algunas de ellas, por motivo de religión, soberanía, tráfico o algún otro pretexto cualquiera que sea."
"Art. 11 - Que esta Provincia retiene su soberanía, libertad e independencia, todo poder, jurisdicción y derecho que no es delegado expresamente por la Confederación a las Provincias Unidas juntas en Congreso."
"Art. 12 - Que el puerto de Maldonado sea libre para todos los buques que concurran a la introducción de efectos y exportación de frutos, poniéndose la correspondiente aduana en aquel pueblo; pidiendo al efecto se oficie al comandante de las fuerzas de S.M.B. sobre la apertura de aquel puerto para que proteja la navegación o comercio de su nación."
"Art. 13 - Que el puerto de la Colonia sea igualmente habilitado en los términos prescriptos en el artículo anterior."
"Art. 14 - Que ninguna tasa o derecho se imponga sobre artículos exportados de una provincia a otra; ni que ninguna preferencia se dé por cualquiera regulación de comercio o renta, a los puertos de una provincia sobre los de otra; ni los barcos destinados de esta provincia a otra serán obligados a entrar, a anclar o pagar derecho en otra."
"Art. 15 - No permita se haga ley para esta Provincia sobre bienes de extranjeros que mueren intestados, sobre multas y confiscaciones que se aplicaban antes al Rey y sobre territorios de éste, mientras ella no forma su reglamento y determine a qué fondos deben aplicarse, como única al derecho de hacerlo en lo económico de su jurisdicción."
"Art. 16 - Que esta Provincia tendrá su constitución territorial; y que ella tiene el derecho de sancionar la general de las Provincias Unidas que forme la Asamblea Constituyente."
"Art. 17 - Que esta Provincia tiene derecho para levantar los regimientos que necesite, nombrar los oficiales de compañía, reglar la milicia de ella para la seguridad de su libertad, por lo que no podrá violarse el derecho de los pueblos para guardar y tener armas."
"Art. 18 - El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los Pueblos."
"Art. 19 - Que precisa e indispensable sea fuera de Buenos Aires donde resida el sitio del Gobierno de las Provincias Unidas."
"Art. 20 - La constitución garantirá a las Provincias Unidas una forma de gobierno republicana y que asegure a cada una de ellas de las violencias domésticas, usurpación de sus derechos, libertad y seguridad de su soberanía, que con la fuerza armada intente alguna de ellas sofocar los principios proclamados. Y así mismo prestaría. toda su atención, honor, fidelidad y religiosidad, a todo cuanto crea, o juzgue, necesario para preservar a esta Provincia las ventajas de la libertad, y mantener un gobierno libre, de piedad, justicia, moderación e industria. Para todo lo cual, etc."
"Delante de Montevideo, 13 de abril de 1813."

ANÁLISIS DE LAS INSTRUCCIONES
Este maravilloso documento, salido del Congreso de Tres Cruces, da inicio a la Provincia Oriental, dejado de lado la denominación Banda Oriental, recibida desde la época de dominio español.

De estos artículos se desprenden tres IDEAS POLÍTICAS fundamentales del pensamiento Artiguista.
Ellas son: 
INDEPENDENCIA: Artigas deja de lado las vacilaciones que presentaba el gobierno de Buenos Aires con respecto a la situación con respecto a España, y declara abiertamente la independencia de nuestros pueblos,  las provincias que integraban el antiguo Virreinato del Río de la Plata y romper todos los vínculos de dependencia con el Estado español y con la familia de los Borbones, actual dinastía gobernante en España (no olvidar que en Brasil se encontraba Carlota Joaquina, hermana de Fernando VV, y casada con el rey de Portugal, la que ma2s de una vez insinuó reclamar sus derechos como reina de América).

REPÚBLICA: Artigas fue un ferviente republicano, al contrario de varios porteños y héroes americanos, que pensaban que nuestros pueblos no estaban preparados para ella. Artigas se apoyaba en la doctrina de soberanía popular, donde los gobernantes fueran elegidos por los ciudadanos y rigieran su conducta por normas que emanaran de una Constitución, que garantizara la división de poderes independientes entre si, que garantizara derechos individuales y eliminara el abuso de poder.

FEDERACIÓN: El Jefe de los Orientales, deseaba una organización de un sistema mediante el que las provincias tuvieran su propio gobierno con amplio grado de autonomía y que existiera además un gobierno nacional, o Gobierno Supremo, para resolver los problemas generales del estado. De esta forma de gobierno, se aseguraba la unidad provincial a la vez que se respetaban las características particulares de cada una de ellas.Artigas se inspira en la organización de los Estados Unidos.
Como condición indispensable, la capital del futuro Gobierno Supremo, nunca residiría en Buenos Aires.

Mientras no se realizara de forma efectiva la realización del Gobierno Supremo Federal, la organización de las provincias continuaría siendo una Confederación, es decir, pactos ofensivo-defensivos entre las diversas provincias.

PROBLEMAS PARTICULARES DE LA PROVINCIA ORIENTAL
En las instrucciones se deja en claro, el reclamo por los límites de la provincia, tomando como legítimo los límites propuestos en el Tratado de San Ildefonso de 1777,  comunicando que desde la costa del río Uruguay hasta la fortaleza de Santa Teresa, además de reclamar los siete pueblos de las Misiones,  Botaví, Santa Teresa, San Rafael y Tacuarembó, que injustamente ocupaban los portugueses.

A su vez pedía la habilitación de los puertos de Maldonado y Colonia, ya que en ese momento el puerto de Montevideo continuaba ocupado por los españoles. No nos olvidemos que el Congreso se realiza en Tres Cruces, donde Artigas tenía su cuartel general durante el Segundo Sitio a la ciudad de Montevideo, donde las autoridades españolas resistían a las fuerzas orientales.

REACCIÓN DE BUENOS AIRES 
Los diputados orientales elegidos en el Congreso de Tres Cruces fueron a Buenos Aires a fines de mayo de 1813 para incorporarse a la Asamblea Constituyente.
Pero la Asamblea resolvió no admitirlos, con la excusa de que la designación de los diputados no habían cumplido el reglamento establecido por el Triunvirato.
Artigas reclama esta injusticia pero no le dan lugar, pero el Jefe de los Orientales bien sabía que el rechazo no se debía a una formalidad, sino a lo radical de sus ideas, en especial, las ideas federales.
Artigas aprueba que se haga un nuevo congreso, que se realizará en Capilla Maciel donde Rondeau tenía su cuartel general.
Cuando se manda a que los pueblos vuelvan a mandar a sus representantes, Artigas recomendaba que los delegados pasaran previamente por su alojamiento en Tres Cruces; pero Rondeau, al mandar las órdenes, olvidó mencionar que pasaran por lo de Artigas, por tanto, al no pasar por su alojamiento, sintió un desaire, y que de esa forma desconocían lo resuelto el Tres Cruces y por lo tanto era desconocer la voluntad del pueblo oriental.  
A pesar de los intentos de conciliación, Artigas fue intransigente, y luego de consumado el Congreso de Capilla de Maciel, Artigas reafirmó su idea en contra del centralismo porteño, al que veía atrás de lo actuado desde el rechazo de las Instrucciones.

Frente a todo esto, Artigas, el Jefe de los Orientales, decide retirarse del Segundo Sitio de Montevideo.
Reglamento de tierras de 1815
En 1814 la situación geopolítica era compleja en el proceso de la Revolución Artiguista. La vieja área virreinal se encontraba a distancia de ser un espacio totalmente integrado y las ideas artiguistas en el territorio daban problemas a los intereses de Buenos Aires. Sublevaciones anticentralistas en varias provincias abrieron paso a la conformación de una confederación. Fue así que entre los años 1814 y 1815 se constituyó el Sistema de los Pueblos Libres, también conocido como la Liga Federal. Esta Liga Federal comienza un proceso de integración regional confederado, integrando las provincias de Misiones, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y Provincia Oriental, teniendo en conjunto una política anticentralista contraria a la de Buenos Aires.
Buenos Aires veía al federalismo en contradicción con el centralismo desde la creación de las Provincias Unidas del Río de la Plata. En cambio, José Artigas creía que el federalismo era garante de la unidad para una nueva nación. Esto llevó a una brecha política desde 1814 de Artigas.
El ideario artiguista se veía empapado en el sistema que el propio Artigas creía conveniente crear para la futura nación: una nación compuesta por provincias autónomas, sujetos entre sí por pactos interprovinciales, con un gobierno local que se ocupe de cada provincia y sus asuntos internos, protegiendo así la soberanía de cada pueblo.
Artigas no era interventor directo en los asuntos de cada provincia, sino que actuaba en las relaciones exteriores y de la dirección de la revolución con el gobierno central, poniéndole valor en hechos al título que el pueblo oriental le adjudicó como “Protector de los Pueblos Libres”.
En el marco de la Liga Federal, en la Provincia Oriental, en el año 1815, habían varias inquietudes desde las masas campesinas y poblaciones más desprotegidas, que devenían de las grandes cantidades de tierras que poseían  los latifundistas (grandes cantidades de estas tierras sin producir), de la disminución de la riqueza ganadera y de la propia inseguridad que tenían estas poblaciones más pobres.
Desarrollo:
José Artigas no por nada fue nombrado como “Jefe de los Orientales” y “Protector de los Pueblos Libres”, ya que conocía muy bien la campaña, a los hombres de allí y los problemas que tenían, además de sentirlos y hacerlos propios.
En este momento, los problemas que acaecían a la población eran diversos. Uno de los más destacados era la presencia de grandes latifundios que sus propietarios usaban como pobres vaquerías y no vivían allí. Por otra parte faltaban límites exactos entre las propiedades de tierras; la explotación extensiva del ganado y la ausencia de marcajes facilitaban la delincuencia, el hurto, el contrabando y la matanza indiscriminada de ganado. También otro de los problemas que se acentuaba era que una población escasa estable en el medio rural aumentaba el estancamiento de la producción. Y como deviniendo de todo lo anterior, la inseguridad provocada por delincuentes que se dedicaban al contrabando y no respetaban ninguna ley habida.
Comenzado el siglo XIX, las jurisdicciones españolas se ocuparon de estos problemas con el objetivo de solucionarlos con varios planes de acción, que no pudieron completar en la praxis por falta de recursos y la contradicción de intereses con los grandes propietarios latifundistas.
En la fundación de Batoví (actual municipio de Sao Gabriel) en el año 1800, con la impronta del español Félix de Azara ya se había comenzado a tratar el reparto de tierras para el aumento de la producción antes que el propio Artigas. La diferencia es que Artigas aplica sus ideas con un mandato de justicia social entrelazado al de la producción: la máxima de “que los mas infelices sean los más privilegiados”[1].
En este periodo los problemas de la inseguridad, del abandono en la producción del campo, baja de la riqueza ganadera y las grandes propiedades sin producir, eran problemas que se habían pronunciado con el proceso revolucionario oriental. Es así consecuencia de las necesidades del momento y el lugar en medio de la Revolución un Reglamento elaborado por el mismo artiguismo: el “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados”.
Este Reglamento Provisorio tenía como objetivos sociales el reparto de tierras para favorecer a las masas desprotegidas, éstas eran “los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres”[2] y también serían beneficiadas todas “las viudas pobres si hubieren hijos y serán igualmente preferidos los casados a los americanos solteros y éstos a cualquier extranjero”[3].
Desde la visión artiguista, los terrenos repartibles serían “todos aquellos de emigrados, malos europeos y peores americanos que hasta la fecha  no se hayan indultado por el jefe de la provincia para poseer sus antiguas propiedades”[4], castigando así a los enemigos de la revolución e impulsando la equidad social.
En lo que conlleva al ámbito económico, este Reglamento sostenía la suma relevancia de la recuperación del campo y, por ende, de la ganadería. Por deberes para los nuevos poseedores de los terrenos adjudicados debían “formar un rancho y dos corrales en el término preciso de dos meses, los que cumplidos, si se advierte la misma negligencia, será aquel terreno donado a otro vecino más laborioso y beneficio a la provincia”[5]. También, con el objetivo de la recuperación ganadera para comercializar los cueros, se les pedía a los hacendados que el ganado tenga “su marca”[6].
Es así que el Reglamento Provisorio de Tierras firmado por José Artigas el 10 de setiembre del año 1815 promovía la justicia social, la construcción de una nación confederada a partir de la participación de todos sus actores, sedentarizar al gaucho, promover el hábito del trabajo y la recuperación ganadera, remediar las injusticias, ordenar la campaña, todo esto como pilar de la máxima que era la felicidad pública.
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